Para empezar, al menos debemos tener claro que existen vinos tintos, blancos, rosados, espumosos, jóvenes y añejos, y que para cada uno de ellos hay una infinidad de varietales que podemos ir conociendo y experimentando con los años.
En otras palabras, hay para todos los gustos y esto hace que le da más complejidad e importancia a nuestra elección. Por esta razón, a la hora de evaluar qué vino comprar, lo primero es definir en qué contexto lo tomaremos, ya que nunca será igual tomar un vino en verano que en invierno, o comprar un vino para celebrar una ocasión especial o sólo para compartir una tarde con nuestros amigos. ¡No te preocupes! Estamos acá para ayudarte y con ese propósito, hoy te brindamos cuatro tips que te harán la vida mucho más sencilla.
1. ¿Qué comerás?
Dentro del mundo gastronómico, existen ciertas reglas para maridar los vinos que nos facilitan un mundo el proceso de selección porque, desde un principio, con sólo saber los ingredientes de un plato, podemos filtrar las mejores opciones.
Los vinos blancos van muy bien con ensaladas, crustáceos y pescado. Generalmente, lo ideal es elegir un Chardonnay o un Sauvignon Blanc por sus aromas y sabores suaves y frutales. De igual forma, las carnes blancas como el pollo, ternera, cerdo joven y pavo combinan a la perfección con vinos blancos de cuerpo medio o intensos como el Bordeaux Blanco, el Chardonnay o el viognier. Otra opción podría ser un vino rosado, ya que suelen ser livianos y frescos.
En cambio, si el plato principal consta de carnes rojas, la mejor opción siempre será un tintos de cuerpo medio o intenso y estructurado como un Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Syrah, Carménère, Pinot Noir, Bordeaux, o Tempranillo. Si este es el caso, nuestro Martín Berdugo Verdejo o el Yllera Sauvignon Blanc serían excelentes opciones.
Por último, si más bien queremos acompañar unos quesos, podemos elegir espumantes blancos o rosados que maridan fácilmente con quesos frescos, o un tinto intenso y con mucho cuerpo si se trata de quesos maduros.
2. ¿Qué tal está el clima?
La época del año es sumamente importante, ya que cada estación tiene características singulares. Es decir, en una calurosa noche de verano, lo ideal es irnos por un vino fresco, con cuerpo medio y con notas frutales preferiblemente tropicales. Los blancos y rosados cumplen fácilmente con estas características. Si estamos en invierno, un vino tinto como un Cabernet Sauvignon o un Ribera del Duero nunca nos decepciona.
3. ¿Qué tan formal es la reunión?
Para una tarde de mucha charla y compartir entre amigos, lo mejor es elegir un vino más ligero. En ese caso, los rosados son una opción inteligente, ya que además de ser suaves y afrutados, se adaptan fácilmente a una amplia gama de platos. Además, por su frescura, suelen ser veraniegos, sin mencionar que también pueden acompañar perfectamente un rico postre. Sin embargo, si se trata de una celebración importante, lo mejor es que inviertas en un vino que sea añejo, ya que los vinos madurados se distinguen por su gran calidad. El Vino Rosado Valvinoso de la Bodega y Viñedos Alfredo Santamaría o Rosado Pago El Cordonero son ideales para acompañarte en esta ocasión especial.
4. ¿Eres un invitado y quieres llevar un detalle?
En este caso, no siempre es sencillo lograr que nuestros anfitriones nos develan el menú, por lo tanto, opta por un vino dulce para acompañar los postres o un vino espumoso como Reserva Extra Brut que, aunque quizás no es la mejor opción para acompañar la comida, siempre será excelente para compaginar con un aperitivo o una sobremesa.
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